jueves, 14 de enero de 2021

El bar de Vigo que fascinó a Emilia Pardo Bazán

     Este año se cumple el centenario del nacimiento de la gran escritora Emília Pardo Bazán, (La Coruña 16 de septiembre de 1851-Madrid 12 de mayo de 1921), condesa de Pardo Bazán. Esta gran novelista, periodista, feminista, ensayista, crítica literaria, poetisa, dramaturga, traductora, editora, catedrática y conferenciante española, e introductora del naturalismo en España, también fue una precursora en sus ideas acerca de los derechos de las mujeres y el feminismo.​ Reivindicó la instrucción de las mujeres como algo fundamental y dedicó una parte importante de su actuación pública a defenderlo. Entre todas sus obras literarias, cabe destacar la novela Los pazos de Ulloa (1886). Os voy a hablar de una de sus facetas desconocidas, los bares.

   La escritora gallega dejó testimonio en 1908 de cómo comenzaban a popularizarse las coctelerías y los bares de estilo extranjero. Hasta finales del siglo XIX lo que había en nuestro país eran tabernas, tascas, figones, cantinas, bodegas o fondas, nada de bares. El término «bar» fue una completa novedad tanto en forma (del inglés bar, que significa mostrador) como en fondo, ya que aquellos bares implicaban una nueva forma de consumir alcohol ajena a las costumbres nacionales y, si me permiten ustedes, un tanto pija.


     El primer bar de Madrid —fuera de las instalaciones de un hotel— fue el Ideal Room de la calle Alcalá, abierto en 1906, pero también los hubo en provincias. En especial en lugares con nutridas colonias inglesas, como fueron Bilbao y Vigo. Concretamente en la ciudad pontevedresa vivían numerosos gentlemen relacionados con el Cable Inglés o Easter Telegraf Company, la empresa que en 1873 unió Galicia con el Reino Unido y Portugal mediante cable telegráfico submarino. La sed de los ingleses de entonces no era muy distinta de la de los actuales, y proporcionó una inmejorable oportunidad de negocio para un emigrante portugués afincado en Vigo llamado Antonio Bandeira. El señor Bandeira montó al lado de las oficinas del Cable Inglés un pequeño despacho de vinos de Oporto que rápidamente se convirtió en un bar, al gusto de sus mejores clientes. Y sobre aquel modernísimo bar Bandeira escribió el 28 de septiembre de 1908 doña Emilia Pardo Bazán en su sección de la revista La Ilustración Artística. La novelista coruñesa había hecho recientemente un viaje a Galicia en automóvil, pasando por distintas poblaciones, y no perdió la ocasión de reflexionar sobre aquellas flamantes «bibliotecas vinosas y alcohólicas» que eran para ella los bares.


     «¿Será verdad que ciertos adelantos representan progresos? El bar Bandeira me obliga a formularme la pregunta a mí misma. Todas las tardes que hemos pasado unas horas en Vigo visitábamos el bar […] Un bar es una taberna de lujo. Quizás sólo en el lujo, y en el predominio del cock tail sobre la caña de manzanilla, difiere de la freiduría malagueña, donde el pescado tira de la bebida y la bebida llama por el pescado, las aceitunillas y las rajitas de salchichón. Hay un matiz marcado que distancia al bar del figón y lo eleva de categoría sobre tales asilos báquico gastronómicos. En el bar todo es extranjero y muy elegante, aun cuando los mejillones en escabeche —una especialidad— hayan sido, naturalmente, captados en aguas españolas o portuguesas».

     ¿Ven ustedes las pinturas en la pared, las señoras elegantemente vestidas al uso de la época? Así debió de lucir (pero más oronda) doña Emilia en su visita al Bandeira en 1908, encantada de la vida ante sus estanterías repletas de licores y seguramente con un cóctel en la mano. Sin duda se fijó en unos toneles que guardaban los vinos y a la vez servían de adorno, pintados con caricaturas de políticos, escritores, músicos y otras personas famosas del momento. ¿No estaba la Pardo Bazán allí retratada? Sí que lo había estado, pero según le informó el mismo señor Bandeira, la barrica en la que figuraba su caricatura había sido adquirida poco antes, junto a otra media docena de toneles iconográficos, por un coleccionista. Seguro que sabiendo eso el cóctel le supo muchísimo mejor. Y ojo que de paso doña Emilia nos dejó claro que las tapas, aunque ella no las denominara así, eran una auténtica realidad tanto en las freidurías como en aquellos modernos bares que acabarían conquistando España. Que gran señora !!

lunes, 28 de diciembre de 2020

Pacewicz, Palacios y Jenaro de la Fuente, constructores de edificios, forjadores de sueños

Stéphane Michel Jean Pacewicz Durand, nació en Francia en 1843 y falleció en Vigo en 1921, fue un arquitecto francés de origen polaco. Desenvolvió sus últimos 17 años de actividad profesional en Vigo, en donde diseño algunos de los edificios más emblemáticos de nuestra ciudad. Su estilo es el eclecticismo, con algunas muestras de neomedievalismo. A continuación, algunos de sus edificios más representativos en Vigo con varias fotografías:

  • Casa para Joaquín Acuña Soaje (1897), en la calle Policarpo Sanz esquina Velázquez Moreno.
  • Edificio el moderno (1897), en la calle Policarpo Sanz esquina calle Carral.
  • Escuela Municipal de Artes y Oficios de Vigo (1897), en la avenida de García Barbón esquina calle Pontevedra.
  • Casa para Salvador Aranda Graña (1898), en la calle Concepción Arenal.
  • Casa Yañez (1900), en la plaza de Compostela esquina calle Velázquez Moreno.
  • Chalet- Casa de Rosendo Silva (1900), en la calle López Mora.
  • Casa de Enrique Lagos (1901), en la calle Policarpo Sanz.
  • Casas de Oya (1904), en la avenida de García Barbón esquina calle República Argentina.
  • Casa para Ángel Núñez Berdiales (1904), en la calle Urzáiz esquina calle Hernán Cortés.
  • Sede del Círculo Católico de Obreros (1904), en la calle Doctor Cadaval esquina calle López de Neira.
  • Casa para Benito Sanjurjo (1906), en la plaza de Compostela.
  • Casa de Rosendo Silva (1907, en colaboración con Jenaro de la Fuente), en la plaza de Compostela esquina calle Concepción Arenal.
  • Casas para Benito Sanjurjo Ramírez de Arellano (1903-1912), en la calle Urzáiz.
  • Hospital de Santa Cristina (1918), en la calle Sagunto.

     



    Antonio Palacios Ramilo nació en Porriño en 1874 y fue un gran arquitecto y urbanista español. Su estilo arquitectónico es difícil de clasificar en opinión de algunos estudiosos de su obra. Muy criticado por permanecer ajeno a las corrientes arquitectónicas del momento, en una España de comienzos de siglo, necesitada de nuevas tecnologías constructivas, Palacios fundamentó su estilo en el proceso constructivo artesanal y en el apilamiento de la piedra en crudo, casi sin tallar, buscando así texturas rudas en las fachadas, en contraste con sus formas arquitectónicas. Mediante esta elección proporciona expresividad a las fachadas. Su material preferido es el granito. En muchos casos la presentación directa de la piedra es evidente. Su opinión era que "la imagen de un edificio no podía vincularse al sentir efímero de la moda". ​ Desde sus inicios se mostró un gran admirador del neoclasicismo de Juan de Villanueva.

    Parte destacable de su obra gallega se puede encontrar en su Porriño natal, donde podemos contemplar la Fuente del Cristo, la Botica Nova y la Casa Consistorial, edificio de interesante volumetría cuyo esquema compositivo presenta semejanzas con el Círculo de Bellas Artes de Madrid. En Vigo, sin duda, su obra más destacada es el Teatro García Barbón del periodo 1910-1927, el Monasterio de la Visitación de las Salesas Reales en el barrio de Teis y el Edificio Banca Viñas-Aranda de 1942. Otra obra interesante es el "Templo Votivo del Mar" en Panjón, en el municipio pontevedrés de Nigrán, podéis verlas a continuación:

     


     

    Jenaro de la Fuente Álvarez, Vigo (1891-1963) fue un arquitecto gallego, incursor del movimiento modernista en Vigo. Inicialmente empleó motivos próximos a la Art Nouveau, sin perder el uso del estilo eclectista. También destacan sus obras de estilo academicista y racionalista. Entre sus muchas obras, cabe destacar las siguientes:


    • Casa para Eligio Prieto Iglesias, en la calle del Príncipe nº 12, 1925.
    • Edificio para Emilio Méndez (La Peineta), calle Urzáiz esquina Lepanto, 1926.
    • Casa de viviendas de la calle Uruguay nº 11, 1927.
    • Pérgola de la plaza de Portugal, 1928, trasladada a Bouzas en el año 2005. ​
    • Estadio Municipal de Balaídos, 1928. ​
    • Edificio comercial con fachada a las calles Policarpo Sanz (norte) y Príncipe (sur). ​
    • Garaje Americano, en la calle García Barbón 29, 1929. ​
    • Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad de Vigo (Peritos), r/ Torrecedeira, 1931-1941. ​
    • Edificio de María Iglesias Curty, en la esquina de la Plaza de Compostela con la calle Redconquista, 1940. ​
    • Viviendas para la Compañía Carbonera, nº 6, 7, y 9 de la plaza de Compostela, 1942.
    • Viviendas para los hermanos Suárez Eire y Purificación Suárez Vázquez, Plaza de Compostela 17, 1944.
    • Edificio Candeira o edificio para Rosa Candeira, Pi i Margall, 79, Vigo, 1954.
    • Escuela Superior de Comercio, en la calle Conde Torrecedeira, 1944. ​
    • Edificio Aurora Polar, 1959, nº 24 de la calle República Argentina, esquina Urzáiz.
    • Instituto Femenino Nuestra Señora de la Guía (después Santo Tomé de Freixeiro), en la Gran Vía de Vigo, 1962.

     

    NOTA: Este artículo es una sugerencia de una de mis más fieles lectoras, Dolores, para ella todo mi respeto y mi admiración, por sugerirme temas, por enseñarme tanto y por hacerme cada día un bloguero mejor.

     

domingo, 20 de diciembre de 2020

EL BARRIO DEL BERBÉS

     Hubo un tiempo alla por el siglo XIX el que Vigo poseía un barrio marinero llamado Berbés o Pescadores, que rodeaba una pequeña playa. En ella varaban sus “gamelas” protagonistas esenciales de aquel paisaje pintoresco, que lo distinguía de los demás barrios de la ciudad.  El mar llegaba casi hasta  las puerta de las viviendas, pero nadie, ni siquiera los niños, tenían miedo. Ese eterno y maravilloso mar que siempre dejaba su espuma en la arena, sin atreverse, ni siquiera, a llamar a la puerta.

     Aquellos hombres y mujeres estaban enraizados en las olas de la Ría como si fueran las rocas de un acantilado. La pesca movía sus vidas y ellos fueron quienes nos legaron las aguas sumergidas de la bella ensenada que atesora y almacena en sus profundidades mariscos y peces de inigualable sabor. De aquellos hombres de piel de salitre aún hoy se cuentan viejas historias que sucedieron en los siete mares por donde navegaron sin descanso.

     Y asi luce hoy aquel barrio tan típico de Vigo, totalmente reformado, con el mar expulsado de sus puertas hacia el exterior, donde se ubica el puerto y la lonja, que ha sido el enclave de referencia en el sector de la pesca, no solo de toda España, sino también del resto de Europa. Sin necesidad de echar la vista muy atrás, cuando se señalaba a los muelles olívicos como los primeros receptores del pesca fresca del mundo. 

     Como podeis ver, la modernidad trajo el cemento y tapó la ría, para que esas señoras acostumbradas a la espera, que olían a sal como sus hombres, ni siquiera pudiesen contemplar como regresaban los barcos ya motorizados. Aunque quizá fuese mejor así… porque hubo algunos que nunca volvieron. No hace mucho tiempo, a un arquitecto se le encomendó la tarea de restaurar la plaza y los edificios del Berbés, puso unas gradas de cara a las fachadas de las casas para que la gente pudiese recuperar el pasado. Quizá pensó que así se olvidarían de la riada de coches, sustitutos a su espalda,  de aquel mar que podían admirar cuando vivían nuestros bisabuelos.

     Cabe destacar, como luce orgullosa y altiva el Monumento al Pescador, una gran obra de piedra, localizada entre los sombríos árboles de la plaza del Berbés, en el casco antiguo y que data de la década de los 60. Su autor es el gallego Alfonso Vilar Lamelas, discípulo del popular Francisco Asorey que también estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid.


 

jueves, 10 de diciembre de 2020

¡ Nuevas fotos !

Os dejo estas nuevas fotos de Vigo:



Calle Policarpo Sanz (1965)


Calle Colón (1970)


Catedral de Santiago de Vigo en la calle García Barbón (1972)
 

El Scalextric, calle Lepanto con Gran Vía (cruce de Urzaiz) 1976


miércoles, 4 de diciembre de 2019

"Bienvenidos a mi blog"

Mi nombre es Miguel Ángel y os doy la bienvenida a todos a mi blog. En él, os voy a enseñar mediante fotografías como era mi ciudad, VIGO, hace 100 años. A continuación unas fotos para que veáis:

Barrio de pescadores en el Berbés (1910) 


Plaza de España (1920) 


Arenal de Samil (1925)


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El bar de Vigo que fascinó a Emilia Pardo Bazán

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